martes, 24 de julio de 2007

Sueño otoñal


Todo comenzó cuando fui a caminar por un sendero... trataba de llegar al río, lo escuchaba pero nunca llegaba a él, me desesperaba porque cada vez me adentraba más en un bosque enorme... no sabía por dónde había venido ni tampoco hacia dónde ir, todo era igual, los pájaros sobrevolaban por mi cabeza... y al tratar de esquivarlos caí cuesta abajo. Desperté en muy entrada la noche por el frío que hacía.... escuchaba a los lobos aullar y muerta de miedo comencé a llorar... lloré sin parar toda la noche... comencé a escuchar de nuevo el caudal del río, sonreí con aires esperanzadores porque eso significaría que de algún modo siguiendo la corriente del río llegaría a mi casa,pero algo me detuvo.... no podía moverme!!!.. mi cuerpo estaba formado por hojas caídas por el otoño! el bosque me había convertido en parte de él, estaba en el piso húmedo cuando de pronto el viento comenzó a soplar muy fuerte... las hojas ke formaban mi cuerpo comenzaron a volar... gritaba y nadie me escuchaba.... tenía miedo porque veía volar partes de mi por todos lados.. mi voz recorría por todos aquellos lugares vacíos del bosque la que se transformó en el eco del silencio y la melodía del río.....

3 comentarios:

Unknown dijo...

primiiiiiiiiii
erees tan lindaaaaaaaa^^
ta la raja tu sueñoo me encanto (l)!!
si9ue escribiendo kosiitas asi de lindas =)
te adorooo
suerte en tu kurso de photoshop!!
kero q me arre9les mis fotitooos XD jajajajja

bessiiiitooooos byebyeeeeeeeeeeee
te amuuu

Alvaro Awad S. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alvaro Awad S. dijo...

"..mi voz recorría por todos aquellos lugares vacíos del bosque, la que se transformó en el eco del silencio y la melodía del río..."

"Entonces el tiempo se detuvo. De las sombras apareció un hombre. Su presencia era cálida y transmitía mucha paz. Llevaba consigo una guitarra, la cual no demoró en ocupar. Su melodía comenzaba a seguir la de mi perdida voz, mientras sus acordes se paseaban por el bosque, acabando con cualquier tipo de miedo que la noche podía infundir. Los árboles brillaban al son de las cuerdas de su instrumento, mostrando sus colores ya no macabros, sino llenos de la hermosura propia de la naturaleza. Las rosas crecían junto a la armonía que envolvía al eterno paisaje, llegando ya hasta las estrellas.
De pronto, las hojas que formaban mi cuerpo comenzaron a reunirse. Junto al río, mi figura de mujer iba componiéndose a medida que avanzaba su canción. Cuando ya pude controlar mis manos y volví a sentir la tierra bajo mis pies, no dudé en buscar a aquel sujeto. Como por arte de magia, su guitarra tocaba sola ahora, como si él se lo hubiese ordenado. Di media vuelta y lo encontré mirándome a unos cuantos pasos, con una sonrisa alegre y contagiosa, haciéndome olvidar todo percance anterior. Di unos pasos hacia él, quien con sus brazos no demoró en abrazarme y hacerme sentir suya. La noche ahora era nuestra cómplice, y con un beso eterno sellamos nuestro amor de ensueño."